El "amor", "enamorarse", remiten a estados de la consciencia dónde un sujeto se arroja hacia el impredecible vacío romántico esperando en mayor o menor medida ser correspondido. Lo interesante, sin embargo es pensar una alternativa a este esquema lineal y estandarizado del "amor".
El "amor", contrariamente a lo que podría suponerse no requiere de dos sujetos libres y autónomos para gestarse. Éste puede, por el contrario, desarrollarse a partir de la voluntad expresa de un únicoindividuo, resuelto a amar a alguien que no necesariamente lo ama. De esta forma el "amor" no es necesariamente una equivalencia a priori de la voluntad de dos individuos, sino que puede ser de la misma forma la expresión más genuina de deseo de un sujeto para con otro.
Lo más interesante del concepto de "amor platónico" es que no se justifica ni legitima a partir del "contacto" con el otro, sino que se reconfigura a partir de la imagen que nos formamos de ese otro "objeto" de deseo.
En este sentido es necesario evitar caer en personalismos, el "otro" sigue existiendo, no es una imagen extensiva del "yo" que desea, ni un desdoblamiento de éste, es en cambio un sujeto autónomo dispuesto a ser objeto de interés de otro.
El "amor platónico" se alimenta de ilusiones e incertidumbres más que de certezas se re configura y en ocasiones desarma sin siquiera llegar a conocer en profundidad a ese "otro" amado. El amor platónico es necesario vital para los sujetos, incluso cuando están en pareja. Nos recuerda que somos humanos sujetos al cambio atravesados por emociones que se disparan de forma intermitente a partir del contacto con el otro. Es una experiencia íntima y secreta. Es la experiencia más propia y humanizan te que puede atravesar una persona. Es el manifiesto más extremo del deseo humano. Nos acercan un poco más a los demás y un poca más a nosotros mismos,
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Porque nos habilita transformarnos, a mutar y a recomponernos tantas veces como queramos. Y esta es básicamente la esencia misma de la vida. Porque como dijo Bataille alguna vez "la literatura supera a la muerte". Es una experiencia angustian te y estremecedora. Porque sobrevivir es mediocre comparado con la posibilidad de "ser" que nos ofrece la lectura. Porque en el "ser" nos expandimos indefinidamente y de forma permanente.
Pocas mujeres se han atrevido a pronunciarse públicamente respecto a temas tan significativos como el racismo, la desigualdad, la opresión de forma tan contundente. Nina Simone, la mujer que pasó a la historia por contar con una voz profunda, vibrante y estremecedora no era solamente una cantante. Era una militante política, una activista, una mujer que utilizaba la música como excusa para dar cuenta de los síntomas de una década (los 70s) caracterizada por la implosión de los viejos paradigmas liberales. Escucharla a ella no es solamente escuchar una de las voces más emotivas del siglo XX sino también, escuchar el clamor de miles que unidos bregaban por la revolución.
Amélie
Amélie
Amelíe
Amélie
Amelíe
le musique
mon chérie
Tom Waits
y Jack White
en una misma película
excelente
Las gotas de lluvia que caen límpidas, cristalinas sobre alguna superficie que no distingo
La sonoridad, el tintineo que provocan con cierta jactancia me estremece
Trato de olvidarme del hecho de que afuera llueve, pero hay algo que me lo impide
Afuera llueve, cuando pare la tormenta el mundo volverá a ser el mismo de siempre.
Un instante efímero, una tormenta y luego(...)
Nada que decir más allá de lo que se dirá. Nada que anticipar porque ¿para que aventurarse a hablar sobre algo que todavía no existe, que no es sino a través del futuro? Hasta entonces, hasta que llegue el momento en el que el blog pueda definirse a sí mismo. Entonces todas estas palabras serán fútiles e innecesarias,