El ser subvertido a la paradoja del caos existente
La pulsión inconexa de una sucesión de fugas en el tiempo
El néctar espeso que se destila en el ocaso,
se escurre impertinente dando lugar a la oscuridad más absoluta
Bienvenido sea el vacío inoportuno de las noches impostergables
Bienvenida su sinrazón, su caricia sublimada.
Bienvenido su hostil temperamento,
su rostro lánguido e imponderable
La amargura de su extinción, la euforia de su abandono.
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