lunes, 1 de mayo de 2017












Me gusta ser una persona melancólica. Es como estar en un azul infinito que no llega a ser negro pero tampoco es como  esos colores chillones que te perturban, te invaden. Las jóvenes melancólicas no representamos  lo que se pretende de nosotras a ésta edad. Tampoco es como si una quisiera envejecer rápido. Se trata en realidad, de buscar lo importante dentro de lo insignificante, la sabiduría dentro de la dinámica del universo, del devenir de los días. Vivir con el propósito de la eterna pregunta que nunca se transforma en respuesta.

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