martes, 16 de mayo de 2017













Oscuridad...





No sé por qué me lastimó tanto. Probablemente haya una parte de mí que sigue ilusionándose con cosas ínfimas, absurdas.
El hecho es que por primera vez tomé dimensión real de los acontecimientos. No era yo el problema.Eran ellos, eran todos.
Todos aquellos que vagan por el mundo buscando ser deseados  a cualquier costo. Todos aquellos que no saben lidiar con las emocionas humanas. 
Me dan lástima. Lástima de todos
Lástima de la vida absurda, vacía y sin sentido que deben llevar. Lástima que manipulen los sentimientos de otros para darle sentido a sus patéticas vidas. Lástima porque todos ellos están condenados a ser infelices y vivir en un perpetuo vacío abrumador, obsoleto y sin sentido.

domingo, 7 de mayo de 2017







Tchaikovsky para los días de la vida...

Acá siendo una persona muy melodramática 
porque sufro como filosofía de vida.




sábado, 6 de mayo de 2017


Siempre tanto amor para vos Luis
<3 <3 <3 <3

Literal no me alcanza el corazón para tanto amor contenido





Me dolió mucho sin una razón específica. En realidad no la había. Simplemente me dolió sin saber por qué.
Probablemente tenga que ver más con mí que con cualquier otra cosa.
El hecho es que proyectamos en los demás todo aquello que nos gustaría que fuesen. Todo lo que deseamos irremediablemente. En el deseo como decía Spinoza, estamos más en evidencia nosotros mismos que el objeto deseado en cuestión.
Así que esa especie de tensión que se condensaba por el aire, se transformó en niebla.
De repente ya no vi nada. Estaba confundida.
Las lágrimas eran inminentes.
¿Por qué lloraba? ¿Por él? No, si en realidad no lo conozco ¿Por la circunstancias, por lo acontecido?
No.
Probablemente lloraba por mí. Por el cansancio extenuante de repetir una experiencia que nunca resulta.
Algo de todo esto me interpela al punto tal en que ya no puedo reaccionar. Ya no se.
Ya no se nada. 

Mi autoestima otra vez arrastrada por el piso. ¿Cuál es el propósito de intentar?
Al fin y al cabo en este momento el deseo para la mayor parte de ellos pasa por una única cosa 
Lo sexual.
Seres sexuados, dotados de impulsos y de pulsiones.
Todo lo de más es indistinto.
¿Me horroriza?
Por supuesto que no
El problema es cuándo las pulsiones tienen más que ver con el órgano sexual que con el cerebro.
El otro se transforma en una entidad cosificada, vacía, penosa.
Me da un poco de lástima, si.
Las experiencias, incluso las amorosas, deben vivirse con cada fibra íntima del ser.
Deben vivirse a consciencia. Con una voluntad expresa de deseo hacia el otro. Ese otro que es irreemplazable. Que es significativo. Indispensable

Me da un poco de pena el amor en tiempos de posmodernidad.Todas esas redes sociales para mitigar la soledad. 
 Casualidades, circunstancias. 
Algoritmos, cálculos que buscan predecir quién puede ser ideal para nosotros.
¿Cómo es posible?
Ni si quiera yo sé que quiero, ni si quiera yo sé que busco.

Las experiencias humanas se transforman, se establecen y se proyectan entre PERSONAS.
En el mismo momento en que suceden, en el presente, en el espacio que hay entre
mi ser, y el ser de otro.
Así en este instante es cómo se debe plantear el amor.

No sé si lloraba por mí, quizás porque soy una idealista sin remedio. Quizás porque estoy convencida de lo que no quiero (todo aquello que hace que las experiencias parezcan anecdóticas).
Quizás lloraba por ser consciente que la tarea de búsqueda va a ser ardua (no creo que haya tantos que piensen como yo).
Quizás lloraba de pena al ver cómo todos nosotros, los jóvenes, buscamos atajos para satisfacer necesidades vitales que requieren tiempo, esfuerzo y compromiso.






Explorando el carácter intrínseco de la verdad escondida en todas las cosas




lunes, 1 de mayo de 2017


Medio que ya soy mayor de edad y re podríamos ser novios...

¿no?

Ok.












Me gusta ser una persona melancólica. Es como estar en un azul infinito que no llega a ser negro pero tampoco es como  esos colores chillones que te perturban, te invaden. Las jóvenes melancólicas no representamos  lo que se pretende de nosotras a ésta edad. Tampoco es como si una quisiera envejecer rápido. Se trata en realidad, de buscar lo importante dentro de lo insignificante, la sabiduría dentro de la dinámica del universo, del devenir de los días. Vivir con el propósito de la eterna pregunta que nunca se transforma en respuesta.


Ah! la amo

Bette Davis

What ever happened to baby Jane? (1962)