martes, 4 de julio de 2017




Jocelyne AlloucherieOmbres de jour et de nuit, 2014  

Estar suspendido en el aire.
No tener noción del tiempo que transcurre ni de uno mismo.
Deseo volar pero algo no me lo permite.
Estoy sujeta a las vicisitudes de que me deprime. Por ser demasiado simple,
repetitiva, anónima.
Deseo escapar sólo que no hay lugar dónde pueda refugiarme.
Miro en todas direcciones. Pienso que si salgo corriendo voy a poder librarme de esa presión.
Correr hacia ningún lado no es una opción.
Uno siempre debe tener alguna idea parcial, difusa de adónde hay que ir.
No puedo. No lo tolero. Es cómo una pesadilla eterna dónde intento tomar envión pero mis piernas
no responden a la velocidad que me gustaría. Finalmente caigo en las entrañas del universo.
La gravedad se hace manifiesta con toda su arrogancia.
Ya no estoy corriendo, pero tampoco volando. Floto en medio del espacio. No hay nada a mi alrededor.
Una marea oscura, infinita. El abismo en su expresión más atemorizante.
No hay nada allí en el lugar en el que me encuentro y todo lo demás aparenta ser una ilusión de algo que en algún momento parecía real.

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