martes, 4 de julio de 2017





Marc Fishman - La Belle Dame Sans Merci


Solía aferrarme al amor. A la idea de que uno es en función de cierto grado de complementariedad
al que solo se arriba encontrando a un "otro" ideal.
Solía aferrarme a la idea de que algo muy parecido al destino depara ese alguien al que vamos a cruzarnos y que va a transformar nuestra vida para siempre.
Con el paso de los años entendí que los vínculos son materia de construcción permanente.
Que aquellas personas que menos imaginamos pueden llegar a ser las que más necesitemos.
Que el "amor" cómo concepto abstracto es imposible de definir en base a dos personas que  se encuentran, se aceptan y se eligen. El amor es más que eso. Es la puesta en duda de mi propio "yo". Es arribar a nuevos horizontes de incertidumbre. Estar sujeto al deseo y a la dependencia. Ese otro es la reafirmación de mi ser frente a la diferencia, a la "otredad",
El amor es la puesta en acto de todo aquello que nos incomoda, nos perturba. Su dificultad radica en que su esencia es impredecible y sus consecuencias inestimables.

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