martes, 8 de agosto de 2017

Quietud






Existen pensamientos que no pueden atraparse
son parte de ese bloqueo existencial que nos acecha
El tiempo acelera rápidamente y todo comienza a dar vueltas
La visión se vuelve borrosa.
La mente no opera. No por un estado de quietud o pasividad sino por la sinergia
de su propio movimiento
Demasiadas ideas en muy poco tiempo.
El colapso es inevitable.
Deseo escribir sobre esa extraña pesadilla en la que veía desmayarse a alguien pero
su cuerpo desaparecía.
No podía encontrarla y me obsesionaba en la búsqueda de una persona a la que en realidad
no había podido ver con detenimiento.

El despertar después de una pesadilla es de las experiencias más atemorizantes que existen
Se pierde la noción del tiempo y se experimenta un estado de angustia que parece no tener motivo
Ese día estaba más angustiada que nunca.
Había tenido pesadillas recurrentes a lo largo de la noche, eso era evidente.
Me había enredado en las sábanas y me caían gotas de transpiración por la frente. Estaba es un severo estado febril del que tardé en salir.
El colapso de las ideas genera efectos inéditos en el estado de vigilia plena pero por sobre todo en la nocturnidad.
Deseo correr y escapar de eso. La naturaleza humana puede ser muy engañosa.


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